Hasta hace apenas unos días, este cargo lo ocupaba Alberto Palomo, que llegó al puesto prácticamente a la vez que se creaba esta ocupación, que compaginaba con la de presidente del Consejo Gubernamental de Gaia-X, la iniciativa privada europea que busca crear una infraestructura de datos abierta, federada e interoperable.

El ya exCDO fue el encargado de aterrizar y desarrollar la Oficina del Dato en España, una entidad dedicada a dinamizar la gestión, compartición y el uso de la información en los diferentes sectores productivos de la economía. En este camino, desplegó programas de colaboración público-privada y estableció metodologías y modelos para lograr un lenguaje común que permita interconectar diferentes sistemas. 

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Sin embargo, hace menos de una semana Palomo anunció de forma oficial su salida del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, de la que pasó a formar parte la Oficina tras el cambio del Gobierno (antes pertenecía al Ministerio de Economía y Transformación Digital, bajo el mando de Nadia Calviño). 

"Han sido casi tres años de aprendizajes, intensa dedicación, medir-y-pivotar, y éxitos y dificultades", resumió él mismo en un post publicado en la red social LinkedIn, donde agradeció el trabajo a su equipo y enumeró algunos de los hitos logrados en este período. 

Ahora, el anterior CDO de España ha sido nombrado director de Estrategia del proyecto europeo Gaia-X, con el que seguirá trabajando en las conexiones entre la explotación de los datos y las nuevas tecnologías digitales.

Reorganización del ministerio

La salida de Palomo parece ser parte de la reorganización que está llevando a cabo el ministro de Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, de forma lenta, pero inexorable, desde que llegó al cargo a finales de 2023. 

En este período, el mandatario no ha hecho multitud de anuncios y ha optado por adherirse a un perfil más bien bajo con el que, aparentemente, se ha dedicado a aprender del ecosistema tecnológico y a entender su funcionamiento, algo de lo que pueden dar cuenta las diferentes reuniones que ha mantenido con las asociaciones del sector, entre ellas, las celebradas con Ametic, DigitalES o Adigital. 

A raíz de este análisis, Escrivá ha decidido reorganizar las entidades que se enmarcan bajo el paraguas de su ministerio. El cambio más sonado, posiblemente, fue la puesta en marcha de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), anunciada durante el Mobile World Congress de Barcelona, que no nace de cero, sino que lo nace tras un Real Decreto que regula las condiciones de transformación de la ya existente Sociedad SEMyS en la Entidad Pública Empresarial Sociedad Española para la Transformación Tecnológica. 

Otro de los cambios, relacionado directamente con la salida de Palomo, es la conversión de la mencionada Oficina del dato en la Dirección General del Dato, dirigida por Ruth del Campo Becares, según anunció el Gobierno hace apenas un mes. Esta consideración, de acuerdo con el Ejecutivo, impulsa las competencias de esta área, situando la compartición de datos interoperables en una de sus prioridades.

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En el Boletín Oficial del Estado publicado el pasado 27 de febrero también se incluye en la estructura del Ministerio a la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA), que se adscribe a esta cartera a través de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Después de que este organismo empezase a operar a finales de 2023 tras la aprobación de sus estatutos, ahora el Gobierno busca una persona para dirigirlo. 

También en febrero, el BOE dio cuenta de otro de los grandes cambios llevados a cabo por el Ejecutivo en este período: la salida de Cristina Gallach como comisionada especial para la Alianza por la Nueva Economía de la Lengua en el marco del PERTE del mismo nombre tras casi dos años. 

Ahora, tras la supresión del Comisionado Especial para la Alianza por la Nueva Economía de la Lengua, la Dirección General de Planificación Estratégica en Tecnologías Digitales Avanzadas y Nueva Economía de la Lengua, adscrita a la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, será la encargada de seguir y supervisar las actuaciones en el marco de este PERTE.